La modestia, en ocasiones, puede convertirse en tu peor aliada, es momento de decirle adiós temporalmente de tu vida para que puedas comenzar a crecer.
Vamos por partes, en realidad, la modestia no tiene que asociarse con algo negativo, en nuestra cultura nos han enseñado que lo opuesto de la modestia es la presunción y que la gente presumida cae mal, pero si queremos encontrar nuevas oportunidades debemos comenzar a desaprender esto.
Ocultar tus logros personales y profesionales no te hace mejor persona, demostrar tu talento, sí.
Sólo recuerda, no tienes que comenzar todas tus pláticas profesionales con una lista de todos tus logros, analiza el contexto para saber si es el momento oportuno para compartir todo lo que has logrado.
Calla esa voz interior que te dice frases como: “no lo hago tan bien”, “tal vez no sea tan buena en eso”, y comienza a aplicar frases como “en mi experiencia, esto me ha funcionado”, o “yo he obtenido grandes resultados cuando lo hago de esta manera”.
La modestia no tiene por qué ser tu enemiga, haz un ejercicio de introspección de manera honesta y encuentra todos los objetivos que has cumplido, esa lista es tu punto de partida para compartir lo buena que eres profesionalmente.
Hablar bien de ti, así como creer en tus capacidades, te permitirá comenzar el camino hacia el crecimiento personal y profesional.